Carlo Ancelotti se ha caracterizado durante toda su carrera por tener una filosofía muy clara. Un estilo de juego en el que siempre ha querido blindar al equipo en torno al balón. Ha ido modificando su primer sistema con el que triunfó en el AC Milan, el 4-3-2-1 donde predominaba el juego interior y la libertad de los dos mediapuntas, para ampliar su libreto con el clásico 4-3-3 con los extremos abiertos o el 4-2-3-1 como recurso (un doble pivote que siempre le ha gustado al técnico). Sus equipos presentan una idea clara para llevar peso del partido y ser dominantes con balón, aunque no elude la posibilidad de salir al contragolpe cuando las características de su plantilla se lo permite.
"Lo que ha llegado mejora la calidad de la plantilla. Quiero probar algo nuevo. Si no sale bien, tenemos el sistema viejo, que tantos éxitos nos dio", lanzó el entrenador en su primer día en Los Ángeles. La plantilla blanca, con la única baja de Ceballos, aterrizó en UCLA con la misión de dar con la tecla para definir un sistema de juego que busca potenciar los grandes nombres de la línea del centro del campo. Con todas las cartas sobre la mesa, la experiencia y adaptación de Ancelotti le permite jugar con el sistema hasta perfilar todas las necesidades de su plantilla.
Prueba del nuevo sistema blanco
El técnico italiano ha decidido implementar un nuevo plan de juego que le permitirá aprovechar la presencia de jóvenes talentos, como Camavinga, Tchouameni, Valverde o Jude Bellingham. Sin embargo, también esta variación de estructura se debe a la carencia de una referencia clara en el ataque tras la marcha de Karim Benzema, que anotaba goles y hacía jugar al equipo. El perfil de Joselu es diferente y la idea es combinarlo en la zona de ataque con futbolistas como Vini, Rodrygo o Brahim.
Así las cosas, la revolución táctica del Real Madrid ha llegado a USA para quedarse. En el tercer entrenamiento en UCLA, Ancelotti mostró al mundo la nueva variación táctica provocada por la feroz competencia en la medular durante un partido que enfrentó a dos onces idénticos. Un 4-4-2 con rombo en el centro del campo que deja claro dónde quiere Ancelotti a cada una de sus piezas. El equipo A (peto naranja) estaba formado por: Carvajal, Rüdiger, Nacho, Mendy; Camavinga, Valverde, Modric, Bellingham; Rodrygo y Brahim. En el equipo B (sin peto) el once estaba formado por: Lucas, Militao, Alaba, Fran García; Tchouaméni, Kroos, Nico Paz, Arda Güler; Vini y Joselu. Una mezcla de titulares y suplentes, los únicos que se quedaron sin jugar fueron Odriozola, Piñeiro y Fran González, que sirve para conocer la posición de cada futbolista.
Encontrado el sitio para Jude, Arda, Camavinga...
El partido acabó con victoria 1-0 para el equipo A gracias a un golazo de Bellingham, que es prácticamente imposible de parar en carrera por su potencia y calidad. Tuvo pocas oportunidades para desplegar una de sus mejores cualidades por la falta de espacios (el campo estaba reducido unos cuantos metros), pero la que primera que tuvo la acabó mandando al fondo de la red. La prueba de Ancelotti repartió las posiciones de cada futbolista: el pivote para Camavinga y Tchouaméni; los interiores para Kroos, Modric, Valverde y Nico Paz; y la mediapunta para Jude Bellingham y Arda Güler. Arriba tendrán que luchar por dos puestos hasta cuatro jugadores (Vini, Rodrygo, Joselu y Brahim)
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